domingo, 23 de enero de 2011

Feuerbach: "Wider den Dualismus" (II)

Segunda parte de la traducción de la obra de Feuerbach Wider den Dualismus von Leib und Seele, Fleisch und Geist. Recuerdo que los comentarios en cursiva y entre paréntesis son míos. (Ver entrada anterior).


Cuando el psicólogo dice: “yo me diferencio de mi cuerpo”, eso es simplemente decir tanto como lo que dice el filósofo en la "Lógica" (referencia a Hegel) o en la "Metafísica de las Costumbres" (referencia a Kant): “Yo hago abstracción de la naturaleza humana”. ¿Es posible abstraerte de tu esencia? ¿No te abstraes, pues, tú mismo como hombre? ¿Acaso piensas sin cabeza? ¿No es tu cabeza, sin embargo, una cabeza humana? Los pensamientos son “almas escindidas”. Bien; pero ¿no es también el alma escindida aún una fiel imagen del hombre previamente corpóreo? ¿Los conceptos universales metafísicos, los conceptos de Ser y Esencia, no se cambian a sí mismos en cuanto cambia el Ser y la Esencia real del hombre? ¿Qué significa entonces el abstraerse de la naturaleza humana? Nada más que el hecho de que, con ello, me abstraigo del hombre tal y como él es objeto de mi conciencia y pensamiento, pero nunca, en ningún caso, del hombre que se encuentra tras mi conciencia, es decir, de mi naturaleza, a la cual, nolens volens, mi abstracción está indisolublemente ligada. Así pues, como psicólogo, también te abstraes del cuerpo en el pensamiento, pero, no obstante, estás ligado en esencia de la forma más íntima a él [al cuerpo]; es decir, te piensas diferenciado de él [del cuerpo], pero por ello no eres en absoluto algo diferenciado de él. La diferenciación entre pensar y ser no está superada en la psicología.
Al igual que la divinidad, tampoco el alma es un objeto de la “experiencia” y de la “certeza inmediata”, tal y como muchos imaginan; ella debe su existencia, más bien, únicamente a una deducción, y la base de esta deducción, la premisa, es principalmente la identidad o “simplicidad” de nuestro sentimiento propio, de nuestra conciencia.
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Simplemente esta identidad o simplicidad de nuestra conciencia o Yo –tal y como el psicólogo considera como punto de partida de su deducción sobre [la existencia] de un alma o, más aún, como prueba efectiva de tal- no es ello mismo ningún hecho inmediato, sino un producto de la abstracción y la reflexión. Nuestro Yo, nuestra conciencia, es, en realidad, tan diversa como el contenido de la misma.
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El sentimiento de mí mismo es siempre el sentimiento de un Yo determinado, de una condición determinada de mi ser y esencia; no tengo nunca un sentimiento abstracto, aislado, de mí mismo, como sentimiento propio en tanto que una esencia simple, inmaterial, diferenciada del cuerpo; nunca he pensado sin cabeza ni sentido sin corazón; únicamente en la reflexión sobre mí separo los pensamientos de la cabeza y los sentimientos del corazón; sólo en la reflexión los hago autónomos por sí mismos en un sujeto o esencia que siente, piensa y se diferencia del cuerpo.
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(Feuerbach constata que los pensamientos, sentimientos y percepciones de cada uno de nosotros cambian a lo largo de la vida. No pensamos, ni sentimos, ni percibimos, de hecho, igual de niños que de adultos.Y sin embargo, a pesar de estos cambios, seguimos siempre siendo la misma persona. A este respecto, pregunta Feuerbach):
¿No ha cambiado, sin embargo, mi esencia fundamental, o efectivamente ha cambiado también esta esencia fundamental, el tipo, la edificación, la constitución, la forma, brevemente, la individualidad de mi cuerpo? ¿Es, entonces, la identidad de mi esencia diferente e independiente de la identidad de mi cuerpo? ¡No!, Yo soy el mismo únicamente en el mismo cuerpo.
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(Feuerbach, a continuación, defiende y afirma la naturaleza sensible del cuerpo físico como absoluta unidad y totalidad del yo, tanto material como espiritual. Con ello, por tanto, queda patente que la filosofía de Feuerbach se opone al materialismo reduccionista, el cual, en opinión de Feuerbach, peca de los mismos actos de abstracción de la realidad humana que la filosofía idealista):
Cuando se reduce el cuerpo orgánico a determinaciones abstractas materiales –tal y como aquí [lo] reducen [los materialistas abstractos] a la determinación de una cosa divisible, compuesta por partes-, entonces es evidentemente necesario explicar, a partir de una esencia particular ficticia de propiedades contrapuestas, los fenómenos del cuerpo orgánico que contradicen esta determinación y representación [del cuerpo orgánico]. Sin embargo, estas propiedades las posee ya el cuerpo orgánico en tanto que cuerpo en sí. Él es, a pesar de la multiplicidad de sus partes, “una cosa”, una unidad individual, orgánica. Esta unidad orgánica es el principio de la imaginación y la sensación.
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(Esta afirmación por parte de Feuerbach del cuerpo mismo como totalidad de la esencia humana, sin abstracción de ninguna de sus capacidades y facultades, le lleva a afirmar una suerte de continuidad y co-pertenencia entre el alma y el cuerpo físico mismo. Es decir, Feuerbach afirma el carácter "espiritual" del cuerpo y, a su vez, el carácter "corpóreo" del alma):
La oposición entre cuerpo y alma no es sostenible lógicamente. Las oposiciones caen, expresado lógicamente, en uno y el mismo género esencial. El Bien se contrapone al mal y el género es la moral, la voluntad; el bienestar se contrapone al malestar, y el género es la sensación; lo dulce a lo ácido, y el género es el sabor; el hombre a la mujer, y el género es el ser humano; lo infinito a lo finito, y el género es la cantidad. Así, el cuerpo y el alma son oposiciones que, en tanto que modos o tipos, caen bajo uno y el mismo género. El cuerpo es, por ejemplo, lo espacial, de forma que el alma es lo temporal, pero el género es la sensualidad [Sinnlichkeit]; el cuerpo es lo compuesto de forma tal que el alma es lo sencillo, pero el género es [...] el tamaño [...] o la cualidad.
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La vida es el “punto de vista de lo absoluto”; la ciencia, la teoría, el punto de vista de la finitud. La vida une, el conocimiento separa,
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La verdad no es ni el materialismo ni el idealismo, ni la fisiología ni la psicología; sólo la antropología es verdad; sólo el punto de vista de la sensualidad, de la intuición, es verdad, pues sólo este punto de vista me da la totalidad y la individualidad.

1 comentario:

  1. Hola, quisiera salir de una duda, según un pariente existe una traducción más literal de la frase de Feuerbach ''el hombre es lo que come'', que expresa que ''el cuerpo es un tubo e mierda''. ¿Es esto verdad?, respóndeme por favor a este correo: isazag@gmail.com. Además, ¿de qué libro de Feuerbach es esta información?

    Gracias.

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